En la actualidad nuestro estilo de vida determina el estado de nuestra salud física, desde los componentes externos que ingresan al cuerpo, aire, agua, alimentos, sustancias químicas; elementos psico-emocionales como estrés, ansiedad y eventos traumáticos; los determinantes sociales como las condiciones de vivienda, educación, acceso a salud, entre otros; y aquellos predisponentes genéticos que interactuan con los elementos externos, definen el estado de salud de los individuos.
En el cuerpo humano existen sistemas interconectados que regular el balance interno del cuerpo, dentro de estos sistemas, el sistema inmunológico se encarga de regular las respuesta frente a agentes infecciosos, desbalances celulares internos, como las fallas en la duplicación genética, las acumulación de estos errores, y la generación de células neoplásicas o cancerígenas. A su vez, el sistema inmunológico es regulado por otros sistemas, como el sistema endocrino, sistema nervioso central, sistema respiratorio, la pie y la psiquis, por mencionar alguno de ellos. El cuerpo es una entidad inteligente, no es posible separarla por elementos o sistemas, es global, interconectada, en constante intercambios interno y externo.
En el periodo de industralización, la vida en las ciudad, lo cambios en los hábitos, y la distancia que la ciudad pone al ser humano respecto a la naturaleza, ha desencadenado una epidemia de enfermedades o situaciones de salud, como los estados de inmunosupresión como la diabetes, infecciones crónicas, cáncer y trastornos autoinmunes. Sumado a los determinantes sociales que hacen que sea costosos el acceso a los recursos y estilos de vida que promuevan la salud, como agua y aire limpio, alimentación saludable, espacios para el ejercicio físico, lo que lleva a un impacto en el sistema inmune y por lo tanto en la salud de las personas.
Desde la década de los 80, las investigaciones realizadas en base al concepto de Shinrin Yoku o Baño de Bosque, han demostrado como el contacto con la naturaleza ayuda, de forma significativa, en restaurar el funcionamiento del sistema inmunológico. A continuación se explicará como la naturalezas nos beneficia en términos de inmunidad.
Los árboles secretan sustancia conocidas como fitoncidas, que corresponder a esteres volátiles que están en suspensión en el aire, estás moléculas son producidas por las hojas y otros elementos del bosque. Estas sustancia ingresan a nuestro cuerpo por vía respiratoria, pasan a nuestro torrente sanguíneo y se distribuyen por todo el cuerpo.
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